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Homenaje a la mujer de San Cristóbal de Cuéllar: Mural de Laura Sanz

noviembre 23, 2024 | by admin

laura

Entre todas las actividades culturales que hemos realizado, queremos destacar especialmente la creación de un mural que es un homenaje a la mujer de San Cristóbal de Cuéllar. Este mural, diseñado y realizado por nuestra artista Laura Sanz Cañal(enlace a su web) representa uno de los logros más importantes de la Asociación, ya que es una obra que permanecerá para siempre en nuestro pueblo. Hemos tenido la suerte de participar siguiendo las instrucciones de Laura muchos de los socios tanto niños como mayores.

Este mural ha sido la actividad cultural más importante que hemos llevado a cabo, ya que simboliza nuestra historia y el reconocimiento del papel de la mujer en nuestra comunidad.

El mural, ubicado en el frontón de San Cristóbal de Cuéllar, es un homenaje a la mujer de esta tierra, que a lo largo de generaciones ha sido fuerte, trabajadora y profundamente conectada con su entorno. Aunque el paisaje de fondo refleja la querida cuesta del río que tantos recuerdos evoca entre los habitantes, el foco principal es la figura de una mujer que representa a todas las mujeres del pueblo de todas las generaciones.

Esta mujer, vestida de rojo, simboliza la energía de la vida. El contraste entre el rojo vibrante de su vestido y los campos dorados del fondo no solo resalta su presencia, y evoca la tierra castellana y nuestra patria. Las espigas que sostiene en sus manos cubren su mirada, representando la fuerza de su interior, su integridad y su conexión con la vida rural. Mientras el paisaje exterior refleja los campos y la naturaleza que la rodean, las espigas que ocultan sus ojos simbolizan ese mundo interior lleno de sabiduría y resiliencia.

En el mural también destaca el azul del cielo, un color característico del valle en el que se encuentra el pueblo. Este cielo, con su tonalidad única, da una sensación de amplitud y esperanza, envolviendo el paisaje y aportando una luz especial que refuerza la conexión entre la tierra y el cielo, entre lo tangible y lo espiritual.

Además de representar su arraigo con la tierra, el mural también mira hacia el futuro. La mujer que vemos ha sabido salir del entorno rural para trabajar, aprender y desarrollarse profesionalmente en muchos ámbitos. Esa mirada lejana, aunque oculta, sugiere su capacidad de soñar, decidir por sí misma y afirmarse en un mundo lleno de nuevas oportunidades. Es una mujer que ha logrado expandir sus horizontes, que mira hacia adelante con fuerza, confianza y autonomía.

Al mismo tiempo, este homenaje no solo destaca la fortaleza interna de la mujer, sino también el apoyo que ha recibido de los hombres de esta tierra. Ellos han sido cariñosos y generosos, y la han amado, acompañándola en su camino. Esta relación de respeto mutuo y colaboración ha permitido a la mujer de San Cristóbal crecer y avanzar, sin perder su identidad, siempre enraizada en su tierra.

El entorno natural en el que está situada —la subida a la cuesta del río— conecta aún más este homenaje con la esencia de San Cristóbal. Es un paisaje realista, donde los campos de trigo, cebada y amapolas, junto con las sabinas y el cielo azul que caracteriza el valle, reflejan la vida y el trabajo que han definido a la comunidad. De esta forma, el mural une la identidad de la tierra y la mujer, ambas arraigadas, resilientes y llenas de vida, en un símbolo visual que honra tanto al pasado y presente como al futuro.

A la mujer de Sanz Cristóbal

Subes la cuesta del río,
donde el viento de Castilla
se enreda en tu vestido rojo.
Rojo de fuerza,
rojo de sangre,
rojo de la vida que en ti arde.
Eres la mujer que ha labrado
en silencio su destino,
como la tierra endurecida
por el sol y la escarcha.
La espiga cubre tus ojos,
pero no tu alma,
que mira lejos,
más allá de los campos dorados,
donde los sueños se forjan
y las manos trabajan.
Has nacido del trigo,
del frío de los inviernos,
del sudor en los surcos,
y en tus venas
corre la paciencia del campo.
Te alzas firme,
como las sabinas en la colina,
resistiendo al viento,
al tiempo,
a la vida.
Tu mirada es silencio,
pero en lo hondo
resuena el eco
de los pasos que avanzan.
Te has ido lejos,
más allá de estos valles,
a buscar lo que el horizonte esconde,
pero siempre vuelves,
amada y fuerte,
a tu tierra,
a tus raíces,
donde el cielo es azul
y el campo,
amarillo.
Mujer de San Cristóbal,
en tu andar sereno
y en tu mirada oculta,
llevas la historia
de esta tierra dura,
pero siempre fértil.
Tu energía es semilla,
que cada primavera
renace en los trigales.

Incorporamos a continuación varias fotografías y reflejan el desarrollo del mural durante los días 5 y 6 de septiembre de 2024.

En el mural también evocamos a Marina Sanz cuya historia transcribimos de la web del padre la artista, José Antonio Sanz Gómez. (enlace a la web)

Según me contaron mis abuelos, que a la vez lo oyeron de sus padres y abuelos…

En una fuerte edificación, que a pesar de fuerte el tiempo se ha encargado de ir derribando, vivía Doña Marina Sanz con su familia hace 400 años. Esta mansión estaba situada en el término municipal de San Cristóbal de Cuéllar, en el pago de «Casarejos». Cada domingo y días festivos, se desplazaba montada en su caballo blanco a San Cristóbal para asistir a la celebración de la santa misa.

Cerca del pueblo en pleno valle poseía una tierra de aproximadamente dos hectáreas de terreno.

En una de sus visitas al pueblo de San Cristóbal, mandó reunir a toda la corporación municipal y ante todas las autoridades del pueblo dejó escrito y firmado que cuando muriera la finca cercana al pueblo pasaba a propiedad del Ayuntamiento de San Cristóbal de Cuéllar con la siguiente finalidad

  1. El día 4 de diciembre, festividad de Santa Bárbara y día de su onomástica se dirá una misa solemne por ella.
  2. Ese mismo día se distribuirá toda la recaudación obtenida por la explotación o arrendamiento de dicha finca de la siguiente manera:
    • La corporación en pleno, funcionarios civiles, autoridades militares y eclesiásticas, así como el labrador que explote la finca, degustarán una comida en uno de los salones del Ayuntamiento.
    • Se distribuirá a cada vecino dos hogazas de pan (uno por el marido y otro por la esposa) y una hogaza más pequeña por cada miembro que componga la familia.
    • El ayuntamiento queda obligado también a dar a cada transeúnte que ese día pase pase por el pueblo y lo solicite, bien sea rico o pobre, una ración de pan.
    • Si aún quedaran existencias de alimentos y bebidas al caer la tarde todos los vecinos que lo deseen lo consumirán en el ayuntamiento hasta quedar plenamente saciados.

Desde hace unos años, además del pan se obsequia a todo vecino que se pase con un trozo de escabeche.

Debo completar esta información diciendo que el pago donde se encuentra la finca de Doña Marina Sanz (d. e. p.) pasó a llamarse: Pago de Santa Bárbara, y que la subasta de dicho pago se efectúa cada cinco años mediante pliego cerrado, adjudicándosela al mejor postor.

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